Día Mundial del Medio Ambiente: mucho más que una fecha en el calendario
Este jueves se celebra en todo el planeta una fecha clave para nuestra propia supervivencia.

El 5 de junio se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente. / Westend61
Hoy es 5 de junio. Un día en el que los telediarios abrirán con la enésima polémica entre partidos políticos. Pero hoy no es un día cualquiera, aunque lo parezca. Desde hace más de medio siglo, esta fecha es sinónimo de conciencia ambiental, de levantar la mirada del móvil y fijarla, aunque sea por un instante, en el planeta que habitamos.
Al igual que ocurre con otras conmemoraciones que tienen al planeta como protagonista, el Día Mundial del Medio Ambiente pretende ser una llamada de atención global. Una de esas ocasiones en las que la Tierra nos recuerda, sin alzar la voz, que sigue ahí… y que cuidar de ella es nuestra responsabilidad.
El origen de esta celebración se remonta a 1972
Para encontrar el origen de esta celebración hay que remontarse a 1972, año en que la Asamblea General de la ONU proclamó esta jornada, coincidiendo con la apertura de la primera gran cumbre internacional sobre cuestiones ecológicas: la Conferencia de Estocolmo sobre el Medio Humano, que significó el principio de muchas de las reivindicaciones ecologistas tal y como las conocemos hoy.
Desde entonces, cada año se elige un país anfitrión y un tema centra. Este 2025, por ejemplo, la atención está puesta en la restauración de ecosistemas y la resiliencia climática, con el objetivo de visibilizar los retos ambientales más urgentes que tenemos por delante.
La importancia de actuar
Si lees El Eco de LOS40, aunque sea de vez en cuanto, seguiro que ya lo intuyes: vivimos tiempos difíciles para el planeta. Y no es catastrofismo: es ciencia. La temperatura media global ha subido más de un grado desde la era preindustrial, los polos se derriten como helado en agosto, y centenares de especies desaparecen antes de que aprendamos siquiera a pronunciar su nombre.

Cuidar del planeta es cosa de todos. / Jordan Siemens

Cuidar del planeta es cosa de todos. / Jordan Siemens
¿Pero qué tiene que ver todo esto contigo, conmigo, con quienes simplemente intentamos llegar a fin de mes? Más de lo que parece. El cambio climático no es una historia de osos polares en lugares lejanos. Es la calidad del aire que respiramos, los alimentos que llegan (o no) a nuestra mesa, el calor insoportable en julio, los incendios forestales cada vez más voraces. Es nuestro presente, y si no cambiamos el chip, también será un futuro bastante más duro de lo que quisiéramos, sobre todo para los que vienen detrás.
El Día Mundial del Medio Ambiente nos obliga a hacernos toda una serie de preguntas incómodas: ¿cómo vivimos?, ¿qué impacto tiene eso para el planeta? Pero también nos invita a imaginar lo contrario: ciudades más verdes, energía más limpia, justicia climática. Porque no todo está perdido: aún hay margen.
¿La clave? Empezar por lo que está a nuestro alcance. Por ejemplo, reduciendo el consumo: comprar solo lo que necesitas, alargar la vida útil de lo que tienes, decir no a la moda rápida. Diciendo adiós al plástico de un soplo uso y apostando por botellas reutilizables, bolsas de tela, envoltorios reciclables. Moviéndotelo de manera más sostenible: caminando (siempre que sea posible), usando la bicicleta o el transporte público. Comiendo más vegetales y menos carne. O simplemente hablando del tema en tu entorno. Todo suma.
El Día Mundial del Medio Ambiente no es un fin en sí mismo. Es una excusa, una oportunidad, una alerta. Pero también una promesa: la de que todavía hay tiempo de darle la vuelta a la historia... si nos lo tomamos en serio. Porque al final, cuidar del planeta es cosa de todos. Y aunque buena parte de la responsabilidad recae en los gobiernos del planeta y las grandes empresas, también nos atañe a cada uno de nosotros.