Crítica de ‘Cuarto azul’ de Aitana: pop sofisticado para sus ‘Exs’, amigas y la superestrella que se desmarca de la fórmula
En LOS40 analizamos el cuarto álbum de estudio de la artista

La artista Aitana dentro de su 'Cuarto azul'
Me parece increíble estar hablando del cuarto álbum de estudio de Aitana, pero la rueda de la industria musical no para de girar. Ella, exponente principal del pop ‘made in Spain’, debe seguir alimentando ese catálogo de canciones que la acreditan como popstar y hitmaker. Y yo, my darling, estoy más que encantado de asumir el rol de periodista musical para analizar un disco que, ya aviso, tiene mucha chicha y mucho pop. Si estás aquí, leyendo estas líneas, es porque estás al corriente de que la artista está de estreno. Gracias a una Listening Party, algunos afortunados hemos tenido la oportunidad de escuchar antes que nadie Cuarto azul, nuevo disco y trabajo al que se ha dedicado casi en cuerpo y alma desde el lanzamiento de alpha. Si estás aquí es porque quieres respuestas. ¿Es Cuarto azul un buen disco? ¿Guarda alguna similitud con alpha? ¿Están bien escogidos los featurings? ¿Y los singles? ¿Estamos ante el mejor álbum de Aitana? ¿El peor? Bien, vayamos por partes.

Si en alpha abrazaba en su totalidad a la popstar – hablando por primera vez, y sin sutilezas, sobre los asuntos del corazón que le atravesaban –, Cuarto azul se presenta como el ‘safe place’ de la artista, ese lugar en el que puede ser ella al cien por cien y cantar lo que le remueve o, hablando malamente, de lo que le da la real gana. Este álbum baja las pulsaciones para darle más protagonismo a las emociones que necesitaba expresar, además de darse la oportunidad de buscar una identidad artística que realmente va con ella. En este sentido, Aitana se adueña del pop y le da forma cómo quiere y tal cual lo siente. Hay menos electrónica y más melódico, pero, que no cunda el pánico, porque la popstar no se ha ido de parranda para no volver, solo estaba vulnerable y necesitaba un momento de introspección para curar heridas. Y el resultado, no me hago de rogar, es algo diferente a todo lo anterior, pero funciona, funciona muy bien y, encima, sube varios escalones en cuanto a calidad de producción y verdad en sus letras.

Aitana, más mother que nunca / Universal Music Spain

Aitana, más mother que nunca / Universal Music Spain
Segundo intento y 6 de febrero son una buena muestra de lo que es Cuarto Azul: pop con reminiscencias electrónicas y ochenteras. Pero ojo, solo es una parte de él. Prácticamente la mitad del tracklist son baladas. También porque más de la mitad hablan desde la tristeza que ha sentido Aitana de un tiempo a esta parte, algo que se reflejó perfectamente en su serie documental para Netflix: Aitana: Metamorfosis. Por ejemplo, lo que le supuso pasar el duelo tras su ruptura mediática con Sebastián Yatra está muy presente en Duele un montón despedirme de ti, ¿Para qué volver? (junto a Ela Taubert) y Desde que ya no hablamos; del cambio de perspectiva sobre su relación con Miguel Bernardeau en Cuando hables con él, focus track del álbum y canción con vocación de ser su próxima Vas a quedarte: “Que me perdone por las canciones. La música también se equivoca porque tus ojos azules me volvían loca”. Esta canción es fuerte, señoras y señores. Pero Cuarto azul va más allá de las sombras de los exs que fluctúan por su mente. En la oscuridad de Cuarto azul también reflexiona sobre el peso de ser una estrella del pop en la canción que da título al álbum. O la carta a su abuelo en Música en el cielo. Seguramente estamos ante dos de los temas más honestos, más de verdad, de Aitana.

Aunque la balada se impone como género predominante, dentro de esta cara A también guarda un par de balas que no cambian el sentimiento, pero sí el tono. En De 1 a 2 besos hace lo de llorar bailando. Es, sin duda, la canción más alpha del disco. Aunque si hay una que, para mí, destaca por encima del resto, es Trankis, la colaboración con Barry B. Pop indie, hecho con mucho gusto, una dupla perfecta y uno de los featurings más interesantes de este Cuarto azul. Como decía, antes del interludio, Luz de la mañana, la de Sant Climent de Llobregat manda cartas escritas desde la nostalgia. Pero esta habitación sonora en la que Aitana se sienta a hablar, sin filtros, de lo que duele, también tiene una parte sanadora, de luz, y, por lo tanto, vuelca ese proceso de disfrute en una selección de canciones que, si te soy sincero, me muero de ganar de escuchar en bucle. Por ejemplo, En el centro de la cama – es la canción que sonaba en el teaser – tiene una producción 10/10. Conexión psíquica es puro pop de los ochenta hecho por y para que los fans y sus ‘babys’ – Valle, Marta y Violeta – enloquezcan en el concierto. A mí, sin embargo, me vuelven loco las influencias de Charli XCX en Ex, Ex, Ex. La colaboración con Kenia OS es uno de los hits potenciales de Cuarto azul, con guiños a Karol G y a temas de su propia discografía. Mención especial para La chica perfecta, el track 19 del disco y hecho en estrecha colaboración con Alaska. Es más Alaska que Aitana, pero funciona tan bien, es tan rompedor con todo lo anterior, que ojalá les dé muchas alegrías a ambas en lo que está por venir.

Aitana desde su 'Cuaro azul', el safe place de la artista / Universal Music Spain

Aitana desde su 'Cuaro azul', el safe place de la artista / Universal Music Spain
Cuarto azul no es un disco que busque la inmediatez del hit, aunque los tiene. Es un álbum que, hazme caso, crece con cada escucha y confirma lo que muchos ya intuíamos. En este nuevo trabajo, no solo hay madurez sonora – repito, es el disco mejor producido de Aitana –, sino también una valentía emocional que la aleja del molde y la acerca a su propia verdad. Aquí no hay fórmulas predecibles ni intenciones de agradar a todo el mundo. Hay una artista que se ha encerrado en su cuarto para entenderse, romperse y, al mismo tiempo, reconstruirse a través de la música. Y eso, en un panorama donde todo va tan rápido, se agradece. Mucho. ¿Es Cuarto azul su mejor disco? Todavía es pronto para ser tan rotundo en estas afirmaciones, pero sí puedo decir que es un disco que la eleva como artista, compositora y performer. Lo más honesto que ha hecho hasta la fecha.
Yo ya estoy metido en el Cuarto azul de Aitana y de aquí no me saca nadie.
